Llorenç Huguet pide al Govern “máxima prudencia con los recortes” para evitar “problemas de cohesión social”

Las diferencias económicas entre los ciudadanos de la Comunidad cada vez son más acusadas.

Las diferencias económicas entre los ciudadanos de la Comunidad cada vez son más acusadas.
B. Ramon

Mallorca

MIGUEL MANSO PALMA De tierra de oportunidades a páramo de desigualdades. Las islas se han convertido en una de las comunidades con más diferencias entre pobres y ricos. Si a Balears se la considerara un país en el seno de la Unión Europea, ocuparía el séptimo puesto en la clasificación de estados con mayor injusticia social, solo superada por Letonia, Lituania, Portugal, Rumanía y Bulgaria.

Este ´ranking´ de la desigualdad lo elabora el Consell Econòmic i Social (CES), que ayer presentó la memoria correspondiente al año 2010. Los datos sobre bienestar económico y distribución de la renta vertidos en este documento corresponden al ejercicio 2008, el último del que se tienen cifras contrastadas. Por tanto, Balears se adentró en la crisis con una sociedad partida en dos. Esa brecha se ha agrandado desde entonces, infieren los autores del documento.

El president del CES y exrector de la UIB, Llorenç Huguet, reclamó al Govern “máxima prudencia a la hora de recortar en asuntos sociales”. Para Huguet, se ha encendido la “luz amarilla” de alerta: “Si crece la pobreza, sufriremos problemas de cohesión social”.

El balance del CES resulta desalentador, pero no tanto por la crisis como por el retroceso sufrido durante los años previos. Balears ha tirado por la borda la primera década de este siglo. Ha sido la Comunidad con la menor tasa de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) entre 2000 y 2010. El desarrollo de la construcción y los buenos años turísticos no han impulsado la economía ni el bienestar social.

Al comparar el periodo comprendido entre 2003 y 2008, los autores de la memoria llegan a dos conclusiones: La última etapa expansiva de la economía balear no sirvió para enjugar la desigualdad –todo lo contrario, superó por primera vez a la del conjunto del país–; y con el inicio de la crisis esta disparidad entre familias ha crecido en un 12%. El 20% de los hogares más ricos acumula seis veces más de renta que el 20% de los más pobres.

Los datos de esta memoria se han quedado desfasados por el vendaval de la crisis. Con 76.067 parados en el mes de septiembre, seguro que el volumen de familias al borde de la indigencia se ha multiplicado. Pero aun así, resulta revelador que en 2008 Balears ya encabezara la lista de comunidades con mayor porcentaje de hogares en riesgo de pobreza –el 22,3% frente al 19,5% del conjunto de España–.
Los autores del informe consideran ´hogares en riesgo´ los que disponen de menos de 7.980 euros anuales, es decir, unos ingresos inferiores al 60% de la media balear.

Las islas se han ido arruinando en los últimos años a marchas forzadas. Si los ingresos por persona en 2003 superaban en 14 puntos la media nacional, un lustro después se han ajustado hasta los seis puntos.

Con este panorama no es de extrañar que los inmigrantes extracomunitarios comiencen a retornar a sus lugares de origen. Los extranjeros representan el 21,9% de la población total (242.578 personas) y aumentaron en 2010 un escaso 0,1% gracias al empuje italiano, alemán, rumano y marroquí. Sin embargo, varias nacionalidades han perdido peso en la estructura de la sociedad. Los países que presentan decrecimientos en el número de residentes son Argentina (-818), Bolivia (-744), Uruguay (-487), Brasil, Chile, Ecuador y Colombia. En conjunto se han dado de baja unos 3.000 extranjeros.

Cero en tecnología e innovación
Balears no ha sabido aprovechar la bonanza ni para construir una sociedad más justa ni para salvar la laguna tecnológica crónica. “La Comunidad es una de las que menor porcentaje gasta en Investigación y Desarrollo: solo el 0,38% de su PIB. Este valor es sensiblemente inferior a la media nacional que ronda el 1,38%. No obstante, ha sido una de las pocas regiones que sí ha incrementado la inversión en I+D, con un 2,54%”, señala el informe.

Del gasto total I+D, el 47% procede la Universitat de les Illes Balears, un 37,6% de la Administración Pública y solo el 15,52% lo inyecta el sector privado, que además ha rebajado su aportación de 20,8 millones en 2008 a 15,5 millones un ejercicio después.